El Día Mundial de la Salud Mental de 2023, que se celebra el 10 de octubre, se enfoca en destacar la importancia de la salud mental como un derecho humano universal. El evento de este año representa un compromiso a nivel global para generar conciencia sobre la salud mental y defenderla como un derecho que debe ser garantizado para todos.

La idea fundamental es que todas las personas, sin excepción, tienen el derecho a vivir una vida digna, equitativa, igualitaria y respetada, lo que incluye a aquellos que enfrentan problemas de salud mental. Lamentablemente, en la Región de las Américas, persisten problemas como el estigma, la discriminación y las violaciones de los derechos humanos en relación con la salud mental.

En muchos países de la región, las personas que luchan con problemas de salud mental a menudo enfrentan obstáculos para acceder a servicios de calidad y, en algunos casos, son sometidas a prácticas coercitivas, tratos inhumanos e incluso abusos, incluso en entornos de atención médica donde deberían recibir protección.

Para abordar esta problemática, se hace hincapié en la necesidad de que los países promuevan iniciativas regulatorias y normativas que respalden la salud mental como un derecho humano universal. Esto implica limitar las prácticas que pueden dar lugar a violaciones de los derechos humanos. Entre las acciones recomendadas se encuentra la promulgación de leyes de salud mental que estén en línea con los principios establecidos en instrumentos internacionales de derechos humanos, como la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) y la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).

Las estimaciones regionales indican que, en la actualidad, un poco más del 60% de los 39 países de la región tienen leyes de salud mental independientes, mientras que casi la mitad de los 37 países carecen de una autoridad específica encargada de evaluar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos, o la entidad existente no funciona adecuadamente.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) mantiene su compromiso de colaborar con los países para brindar apoyo técnico en la elaboración de legislación en materia de salud mental que cumpla con las convenciones internacionales y para defender los derechos de cada individuo, sin importar fronteras ni desigualdades.