Desde el estado de excepción, los militares han entrado a las cárceles para tratar de poner orden y asumir un control que antes estaba a cargo de las bandas.

Decenas de requisas desarrolladas en los centros carcelarios han permitido el decomiso de armas, licores, cigarrillos, teléfonos celulares y otros artículos que se suponen deben estar restringidos para los privados de libertad.

En un último operativo incluso se detectaron celdas vip y un jacuzzi en un centro carcelario.

La toma de control de los militares de las cárceles ha llevado a que parte de la ciudadanía esté a favor de que ellos se mantengan durante un buen tiempo ante las falencias que se han detectado por parte del SNAI.

No obstante, colectivos de defensa de los derechos humanos y familiares de reos han hecho observaciones a supuestos abusos que se están perpetrando en las cárceles.

Las autoridades han indicado que se están actuando en el marco de la ley y los derechos.